The Others - Los Otros

Publicada en el 2001.

Fantasmas sin sexto sentido

Una nueva variación de la clásica historia de fantasmas -una casa embrujada, solitaria y espeluzante-, regresa a la pantalla grande gracias a los excelentes oficios del director Alejandro Amenabar.

Nicole Kidman es Grace, madre de Anne y Nicolás, quienes viven en un caserón aislado en una isla del Canal de la Mancha. El año es 1945 y el esposo de Grace está luchando contra los nazis en los días finales de la Segunda Guerra Mundial.

La cinta se inicia cuando Grace recibe a tres sirvientes -un ama de llaves, un jardinero y una criada- que la ayudarán a llevar la mansión. Sus sirvientes previos se fueron todos; no sabemos porqué.

Grace le da pocas instrucciones a los sirvientes, pero la más importante es la necesidad de cerrar con llave las puertas cada vez que cambien de habitación. Al parecer, sus hijos  padecen de una condición peculiar que no les permite recibir rayos de sol.

Así, los niños viven enclaustrados, rodeados de sombras y candelabros. Su madre los instruye, y muchas de sus enseñanzas dependen principalmente de valores religiosos.

Nicholas y especialmente Anna sienten la presencia de otros seres fantasmales y sus acciones -puertas y ventanas que se abren solas, pianos que suenan sin que nadie los toque-. Al principio Grace es escéptica y no cree las historias de los pequeños, pero pasa poco tiempo antes de que se convenza de la realidad.

Gótico y pavoroso, Los Otros es un thriller que se afinca en crear una atmósfera oscura. Apoyada en las caracterizaciones de sus actores y en un guión de primera mano, este film no cuenta con los efectos especiales y la edición acelerada que suelen definir a las cintas de terror actuales. Amenabar ha construido una pieza sobrenatural que provoca gran angustia.

Nicole Kidman realiza una actuación fantástica como la madre rígida y frustrante, tratando constantemente de mantenerse en control de sus emociones y dar una explicación lógica a todos los hechos incomprensibles que ocurren ante sus ojos hasta que es forzada a aceptar la destrucción todas sus creencias y valores.

Los niños son igualmente memorables en sus roles. Ellos, junto a Kidman, nos hacen temer por lo que se esconde detrás de cada puerta cerrada. Por las sombras que deambulan en la mansión y los secretos que esconden sus pasillos.

Y es finalmente cuando es revelado un final sorpresivo que Los Otros nos aplasta con su peso, haciéndonos abandonar la sala de cine rememorando cada pasaje de este maravilloso trabajo.

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