Hannibal

Publicada en el 2001.


Secuela voraz


El Doctor Hannibal Lecter tiene hambre de nuevo. El caníbal más famoso del mundo regresa para darse un festín de bocadillos grotescos.

Las alubias y el Chianti no forman parte de los acompañantes en Hannibal, la muy esperada continuación del clásico film El Silencio de los Inocentes. Dirigida por Ridley Scott (Alien, Gladiador), la secuela carece del impacto de su predecesora.

Diez años después de haber escapado de su confinamiento, Hannibal "El Caníbal" Lecter reaparece en la bella ciudad italiana de Florencia, donde trabaja como curador en un museo y disfruta la "dolce vita".

Mientras en Estados Unidos Mason Verger, la única víctima sobreviviente a los ataques de Lecter, planea una gran venganza en contra del hombre que lo convirtió en un monstruo desfigurado. La carnada para encontrar a Lecter será Clarice Starling, otrora novata y en el presente una reconocida agente del FBI.

Diez años han pasado, pero Lecter no ha olvidado a Clarice. Diez años después, ella sigue pensando y soñando con él. El juego del gato y el ratón se inicia de nuevo.

Basada en la novela de Thomas Harris, Hannibal posee un tono y estilo cinematográfico diferente a El Silencio de los Inocentes. Fiel a la novela en su mayor parte, Scott no escatima en mostrarnos todo lo que ha sido plasmado en el libro. Cosa que no es precisamente un halago.

A lo largo de nuestro viaje, Anthony Hopkins continúa siendo imponente y poderosamente atractivo como el diabólico caníbal. Su manera de hablar, de gesticular, es aterradora y seductora. Reemplazando a Jodie Foster en el papel de Starling, Julianne Moore logra un balance justo entre las fortalezas y vulnerabilidades de Clarice.

Hannibal tiene todas las características de una gran secuela hollywoodense. Es costosa, más simple y sobre todo, más predecible y desechable.

Ta-ta.

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