Publicada en 1999
Terapeútica sesión psiquiátrica
Para el gángster newyorkino Paul Vitti la vida está complicándose cada minuto que pasa. No puede halar del gatillo para aniquilar enemigos, se deprime con facilidad, no puede dormir, llora cuando ve padres e hijos en comerciales de T.V.
Y no le digan a nadie, pero durante los episodios sexuales con la amante, sus "joyas reales" están fallando.
Todo el dolor y horror que ha vivido en su vida está finalmente saliendo a flote, disfrazado en forma de ataques de pánico. Un médico le sugiere que la solución puede estar en la terapia psiquiátrica.
Paul Vitti no es hombre de psiquiatras. Nunca lo ha sido. Un accidente fortuito le pone en bandeja de plata el nombre y dirección de un psiquiatra, Ben Sobol. Renuente, Vitti lo visita y descubre con gran asombro que su pequeña charla con el loquero parece aliviarlo.
No pasa mucho tiempo antes que Vitti se le aparezca a Sobol en cualquier momento de su vida, a toda hora.
La presencia de Vitti se convierte en una amenaza perenne en la vida de Sobol. No sólo está a punto de casarse y tiene otras cosas en la mente -además de arreglar los problemas de un mafioso-, sino que los federales están detrás de él, los demás mafiosos piensan que sabe demasiado de sus negocios y consideran que la hora de desaparecerlo ha llegado y su propio paciente es un tipo de muy mal carácter. Por otra parte, a Vitti lo están presionando los jefes de la mafia y uno de sus competidores más despreciables, Primo Sindone.
El panorama es negro tanto para Sobol como para signore Vitti.
Analízame es una comedia afortunada en contar con la presencia de Robert De Niro y Billy Crystal. El primero porque a lo largo de su carrera ha interpretado una serie de criminales que lo han hecho famoso y el personaje le permite burlarse de sí mismo a costas de un guión divertido. El segundo porque con sus dotes natas como comediante puede abrazar fácilmente la personalidad de un terapista aburrido, que florece tanto a nivel emocional como en el profesional gracias a la odisea de peligros que vive con su paciente.
Los clichés tanto en personajes, ambientes, situaciones, incluso la música, sirven para sumergirnos en el conocido territorio de los filmes de mafiosos, pero explotando ahora su comicidad. No la analicen, simplemente disfrútenla. Quizás a ustedes también les sirva como terapia.
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