Publicada en 1999.
El fantasma de Hitchcock
El fantasma de Hitchcock
Cuando escuchamos las palabras thriller o suspenso, inmediatamente salta un nombre a la cabeza: Alfred Hitchcock. Seguro, este genio cinematográfico falleció hace casi dos décadas, pero hoy en día su legado está más vivo que nunca.
Desde que el año pasado Sexto Sentido irrumpió triunfalmente en las salas de cine revigorizando el género, los estudios han fijado sus ojos -y su dinero- en tratar de reproducir otros "fenómenos" como la cinta de M. Night Shyamalan: El Proyecto de la Bruja Blair, Ecos Mortales, Almas Perdidas, Desafío al Tiempo. La lista es interminable.
Este año, Robert Zemeckis (Forrest Gump, Contacto) hace su intento con Revelaciones, protagonizada por Harrison Ford y Michelle Pfeiffer. Una historia de fantasmas y suspenso claramente derivada de la escuela Hitchcock, con cerebro, estilo y pavor.
Los Spencer -Claire y Norman- forman un matrimonio aparentemente exitoso y feliz. El es un prominente científico, ella una ex-cellista que acaba de dejar a su única hija en la universidad. El ocio lleva a la Sra. Spencer a espiar más de la cuenta a sus vecinos, y una serie de casualidades la llevan a pensar que un crimen se ha cometido en la casa contigua.
Extremadamente nerviosa e insegura, la paranoia de Claire aumenta, mientras una serie de eventos paranormales suceden en su perfecto hogar: puertas que se abren y cierran solas, equipos eléctricos que se encienden sin tocarlos, portarretratos que se caen, visiones espectrales en el baño y el lago. ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? Ese es uno de los secretos en esta cinta.
Una casa solitaria, secretos que pugnan por salir a flote, oscuridad, fantasmas y la sensación de no estar seguros de lo que nuestros ojos ven. Revelaciones tiene elementos suficientes para enganchar a un público ávido por sustos. El resultado es un thriller sobrenatural parte misterio psicológico, parte historia de fantasmas.
Robert Zemeckis toma ventaja de todos los artificios, trucos y clichés cinematográficos para presentar su historia. Incluso toma prestadas escenas de otras películas. Tan pronto los créditos desvanecen, nos paseamos por momentos de la Ventana Indiscreta, Sospecha, Vértigo y Psicosis. Las referencias cinematográficas abundan, desde el nombre del protagonista, la composición musical, el ritmo del filme, la casa lúgubre y solitaria en el tope de una colina.
Pfeiffer y Ford son dos estrellas talentosas y carismáticas. Pfeiffer sobre todo, es convincente como la esposa ama de casa y víctima de lo sobrenatural. Ford, que siempre lleva el peso de la historia en sus cintas, queda aquí relegado a un segundo plano como el esposo gruñón e irritable que no cree (o no desea creer) en las disparatadas alucinaciones de su esposa.
Cuando llegamos al desenlace, los secretos ocultos Revelaciones no son muy interesantes. Por el rato entretenido, demos gracias a Robert Zemeckis. Por el suspenso verdadero miedo, agradezcamos a Alfred Hitchcock.
Desde que el año pasado Sexto Sentido irrumpió triunfalmente en las salas de cine revigorizando el género, los estudios han fijado sus ojos -y su dinero- en tratar de reproducir otros "fenómenos" como la cinta de M. Night Shyamalan: El Proyecto de la Bruja Blair, Ecos Mortales, Almas Perdidas, Desafío al Tiempo. La lista es interminable.
Este año, Robert Zemeckis (Forrest Gump, Contacto) hace su intento con Revelaciones, protagonizada por Harrison Ford y Michelle Pfeiffer. Una historia de fantasmas y suspenso claramente derivada de la escuela Hitchcock, con cerebro, estilo y pavor.
Los Spencer -Claire y Norman- forman un matrimonio aparentemente exitoso y feliz. El es un prominente científico, ella una ex-cellista que acaba de dejar a su única hija en la universidad. El ocio lleva a la Sra. Spencer a espiar más de la cuenta a sus vecinos, y una serie de casualidades la llevan a pensar que un crimen se ha cometido en la casa contigua.
Extremadamente nerviosa e insegura, la paranoia de Claire aumenta, mientras una serie de eventos paranormales suceden en su perfecto hogar: puertas que se abren y cierran solas, equipos eléctricos que se encienden sin tocarlos, portarretratos que se caen, visiones espectrales en el baño y el lago. ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? Ese es uno de los secretos en esta cinta.
Una casa solitaria, secretos que pugnan por salir a flote, oscuridad, fantasmas y la sensación de no estar seguros de lo que nuestros ojos ven. Revelaciones tiene elementos suficientes para enganchar a un público ávido por sustos. El resultado es un thriller sobrenatural parte misterio psicológico, parte historia de fantasmas.
Robert Zemeckis toma ventaja de todos los artificios, trucos y clichés cinematográficos para presentar su historia. Incluso toma prestadas escenas de otras películas. Tan pronto los créditos desvanecen, nos paseamos por momentos de la Ventana Indiscreta, Sospecha, Vértigo y Psicosis. Las referencias cinematográficas abundan, desde el nombre del protagonista, la composición musical, el ritmo del filme, la casa lúgubre y solitaria en el tope de una colina.
Pfeiffer y Ford son dos estrellas talentosas y carismáticas. Pfeiffer sobre todo, es convincente como la esposa ama de casa y víctima de lo sobrenatural. Ford, que siempre lleva el peso de la historia en sus cintas, queda aquí relegado a un segundo plano como el esposo gruñón e irritable que no cree (o no desea creer) en las disparatadas alucinaciones de su esposa.
Cuando llegamos al desenlace, los secretos ocultos Revelaciones no son muy interesantes. Por el rato entretenido, demos gracias a Robert Zemeckis. Por el suspenso verdadero miedo, agradezcamos a Alfred Hitchcock.
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