El director de El Señor de los Anillos, Peter Jackson, rinde tributo a su película favorita, King Kong. Efectos espectaculares y una aventura singular hacen del remake de King Kong un éxito en su género.
Adaptada de la historia original y desarrollada en los años 30, el nuevo Kong expande su leyenda con detalles sobre la Depresión, Broadway y el mundo del Vaudeville.
El resultado es una película deslumbrante pero larguísima. Tres horas y siete minutos nos proveen con los más impresionantes efectos. Y aunque no decepciona visualmente, King Kong no es perfecta.
En mi opinión Jack Black y Adrien Brody están catastróficamente mal seleccionados. El primero parece no escapar de sus artimañas de comediante, y el segundo es simplemente deprimente. Tres actuaciones le dan a King Kong la calidez y el corazón necesarios para compensar esta debilidad, incluyendo a Naomi Watts como la rompecorazones Ann y Jamie Bell como el dulce y extraño Jimmie.
La tercera actuación es el propio Kong, un personaje recreado para la computadora por Andy Serkis. Kong es una maravilla. Es capaz de mostrarnos su amor por Ann y luego provocarnos la misma tristeza que sus ojos expresan cuando se lo llevan de su isla. Sin una línea que pronunciar, esta criatura tiene la profundidad suficiente para enternecernos hasta el punto que uno sólo desea que consiga a su chica, a pesar de las diferencias abismales que los separan. A Brody que lo pise un carrito.
Comentarios
A pesar que mantuvo algunas parte del film original , logro una historia de amor y ficción