Harry Potter y las Reliquias de la Muerte Parte 1 - Harry Potter and the Deathly Hallows: Part I






12 años atrás inicié un romance indefinido con un mundo mágico. En papel, Harry Potter se convirtió en una de mis fantasías escapistas favoritas. No podía esperar el lanzamiento de un nuevo episodio para descubrir los secretos y misterios del joven con la cicatriz de rayo, el elegido, el niño que vivió.

Su transferencia al celuloide, si bien ha sido exitosa desde los estándares comerciales, siempre me dejó con un sabor agridulce, porque a excepción de la tercera y la quinta cinta, el resto de las películas nunca alcanzaron el nivel de emoción que los libros me brindaron. 

Por eso me alegra sobremanera decir que Harry Potter y las Reliquias de la Muerte no tiene este problema. Lo que no quiere decir que sea perfecta, pero después del Prisionero de Azkabán y la Orden del Fénix, es la mejor película de la saga.

La historia la sabemos ya. Harry Potter debe vencer a Voldemort y para ello, debe localizar los Horcruces que contienen pedazos de su alma y destruirlos uno a uno. En compañía de Ron y Hermione, Harry inicia su misión, descubriendo secretos, aliados y enemigos, mientras el puño de Voldemort, sediento de poder y la necesidad de aniquilar a Potter,  hace estragos en el mundo mágico y en el de los Muggles.

Lejos de Hogwarts y sus guardianes, el trío enfrenta por primera vez el mundo adulto: frío y abrumador. Esta madurez recién adquirida no parece gran cosa cuando vemos a los chicos en la inmensidad de los paisajes rurales donde buscan refugio del ojo vigilante de Voldemort. No es de extrañar entonces que víctimas de este ostracismo voluntario, otra clase de maldad aflore, la de los celos, la inseguridad y la envidia.

Muchos se quejan de la poca acción y de las escenas taciturnas en medio de los parajes ingleses. Pero el silencio y la contemplación son palabras clave en Harry Potter y las Reliquias de la Muerte. Ante la misión abrumadora que les espera, pasamos un buen rato viendo a Harry, Ron y Hermione sin decir mucho, contemplando el vacío, en reflexión. Y así debe ser, pues lo que está en juego es la existencia misma de su mundo y de sus seres queridos.

En ese ambiente cuasi-apocalíptico fotografiado por Eduardo Serra, el director David Yates se las ingenia para insertar momentos de desahogo, bien sean cómicos o de acción: El escape de los 7 Harrys, la boda de Bill y Fleur, la infiltración en el Ministerio de la Magia, la historia de las Reliquias de la Muerte, ejecutada en una animación fantástica. 

Los personajes secundarios parecieran desfilar en pantalla sin ninguna otra meta que dar apoyo al trío protagonista; pero en Harry Potter ningún personaje es trivial. Cada quien aporta su grano a la historia y a los hechos. Hay un sabor a El Señor de los Anillos que se hace contundente en la búsqueda de Voldemort por la varita más poderosa; o en el guardapelo, especie de Anillo que corrompe los pensamientos de Harry y Ron, sobre todo en este último, capaz de imaginar su peor miedo y la escena más innecesaria de la película (faux pax para Yates y Kloves).

Existe otra cara de Harry Potter que muchos no ven, y es la crítica aguda a la política. Más allá de la fantasía, vemos la corrupción, el ansia de poder y las ideologías extremas que nos provocan sentimientos de rechazo: una especie de nazismo despacha desde el Ministerio de la Magia, impulsado irónicamente por Voldemort (un “sangre sucia”). La visión es espeluznante, y quizás pase como un elemento “más” de la historia. Pero está ahí por algo.

La primera parte de este episodio Harry Potter concluye en un punto donde la esperanza parece abandonar a nuestros héroes y el mal parece avanzar sin mayores obstáculos. Pero confío en que antes de que Harry nos abandone por siempre, nuestro apetito por esa épica confrontación final será satisfecho, con la ayuda de un poco de magia, que nunca cae mal.

Comentarios

@Blanquix dijo…
Milva es impecable tu reseña, as usual, yo aún no la he visto y depués de leer todo, me he emocionado el triple.
Gustavo Pérez dijo…
Muy buena reseña my friend! confieso que no soy adepto a Harry el Pote y solo llegué hasta el libro IV, pero seguramente a los verdaderos fanáticos le agradará leerte.

Un abrazo
Cinemaniática dijo…
Jajajaajajajajaja, Harry el Pote, bueno gracias por leerla! ;D
jhonnerC dijo…
Me encanto la reseña, intensa pero no dogmática y una de las mejores que he leído de la película hasta el momento, es la opinión de este humilde Muggle. A+