Saving Private Ryan - Rescatando al Soldado Ryan

Publicada en 1999.


Misión cumplida

Es 6 de junio de 1944. Las Fuerzas Aliadas lanzan la más grande invasión militar en la Playa Omaha, Normandía. Conocido como Día D, una batalla sangrienta se desata, miles de soldados mueren, mientras otros luchan por sobrevivir y llevar a cabo su misión. En medio de los disparos, la tormenta, los gritos y el horror de sentir la muerte detrás de la espalda, un soldado mutilado busca por su brazo perdido y trata de ocultarse de las balas enemigas. El océano pierde su azul tornándose cada vez más rojo. Soldados caídos yacen en la arena junto con los peces, víctimas inocentes de la demencia desatada por los hombres en aquella Segunda Guerra Mundial.

Aproximadamente media hora dura esta secuencia llena de sangre, terror, dolor y angustia.  La cruel realidad salta ante nuestros ojos, gracias a los temblorosos y realistas movimientos de cámara, al sonido que penetra en lo más profundo de la conciencia, a las caras atemorizadas de los soldados y al ambiente con olor a miedo y muerte que se respira durante la batalla.

Con Rescatando al Soldado Ryan, el director Steven Spielberg toca de nuevo el tema de la Segunda Guerra Mundial. Esta vez desde el punto de vista del soldado común.

Durante la invasión en Playa Omaha, el capitán John Miller trata de reunir a todos los soldados que queden vivos en la playa y guiarlos para acabar con las tropas enemigas que están aniquilándolos sin piedad. Una tarea casi suicida que Miller y sus hombres (sus pocos hombres) logran cumplir con éxito. Pero su misión más dura está por venir.

En alguna zona enemiga cercana se encuentra el soldado James Francis Ryan, el menor de una familia de cuatro hermanos. Tres de éstos ya han perdido la vida defendiendo a su patria, y es la decisión del Alto Mando Militar que el soldado Ryan sea devuelto al hogar que tuvo que dejar años atrás.

En manos del capaz capitán Miller cae la tarea de conformar un grupo que encuentre a este joven y lo saque de las garras de la muerte. Sus soldados experimentan sentimientos contradictorios. ¿Por qué la vida de un hombre vale más que las suyas?

Con tal presión tiene que lidiar Miller, quien no sólo siente igual que su pelotón, sino que tiene que ocultar su opinión y ofrecer liderazgo y estabilidad emocional a sus hombres en medio de tal caos. Observarlo comandar a su grupo, mientras se siente tan atemorizado como ellos, es el aspecto más humano de toda la película.

A medida que se inicia la búsqueda, llegamos a conocer el pelotón de Miller. Hombres duros y amargados que muestran su ira en distintas formas: el sargento Horvath, quien obedece sin rechistar todas las órdenes pero las odia en silencio; el soldado Reiben, que utiliza el sarcasmo como mecanismo de defensa; el cabo Upham, un traductor pequeño, débil y cobarde que nunca ha disparado un arma; el soldado Jackson, que besa una cruz y recita pasajes de la Biblia antes de ejecutar a sus enemigos; Wade, un doctor con la muerte estampada en la cara y Mellish, un joven judío que toma la guerra de modo muy personal.

Finalmente encuentran a elusivo Ryan, quien resulta ser un joven testarudo que se niega a abandonar a sus compañeros, incluso conociendo la desgracia que ha caído en su familia. ¿Por qué he de recibir yo tratamiento especial?, se pregunta Ryan, perplejo ante el hecho que se haya enviado un grupo sólo para buscarlo y enviarlo de regreso a casa.

Ante su negativa y la necesidad de reforzar al escuadrón en el que se encuentra Ryan, Miller y sus hombres deciden quedarse con ellos. Quizás sea esta la única manera en que los soldados sientan que la misión que les fue asignada valga la pena.

Y para Ryan, si logra escapar a salvo de tal experiencia, será una carga pesada la que le tocará vivir, consciente que muchos hombres pudieron morir por defender su vida; la duda de saber si valió la pena tal sacrificio lo acompañará hasta el día de su muerte. 

Al final, no es la salvación del soldado Ryan por la que están luchando Miller y sus hombres: es la salvación de sus almas.

Protagonizada por los ganadores del Oscar® Tom Hanks y Matt Damon, además de Tom Sizemore, Edward Burns, Adam Goldberg, Giovanni Ribisi, Jeremy Davies, Barry Pepper y Vin Diesel. Dirigida por Steven Spielberg. Guión de Robert Rodat. Edición de Michael Kahn. Música de John Williams.

Tom Hanks: protagonista 5 estrellas
Como el capitán John Miller, una vez más Tom Hanks demuestra sus cualidades histriónicas en la gran pantalla. Quizás esta sea otra oportunidad para que el actor oriundo de Concord, California, reciba una nueva nominación al Premio de la Academia® (sería su número 4) y de ser posible su tercer premio como Mejor Actor.

A lo largo de su carrera, Tom Hanks ha interpretado diversidad de papeles, dignos de alabanza por los más exigentes críticos. Y a pesar de su rango de gran estrella de Hollywood, Hanks mantiene la misma humildad con la que comenzó a actuar hace más de veinte años. Tom Miller*, productor que le dio su primer chance al interpretar a Kip Wilson en la serie "Bossom Buddies", señala que aún al encontrarse a Hanks en cualquier lugar, lo primero que éste le dice es "Gracias amigo por ayudarme con mi carrera".

Su preparación para el papel de Miller incluyó un campamento militar de 7 días bajo la supervisión de Dale Dye, ex-capitán del Cuerpo de los Marines de los Estados Unidos. Tal entrenamiento consistió en alimentación racionada, prácticas en el campo de batalla, arrastrarse y dormir en el lodo, bajo la lluvia, entrenamiento de armas. En fin, "todo lo necesario para que tuvieran una ligera idea de lo que los hombres sacrificaron para servir a su país y a la causa que defendían", acota Dye*.

La interpretación de Hanks es impecable: su fuerza, su presencia como líder y consumado profesional es lo que permite que los soldados bajo su mando no se desmoronen; pero como hombre y ser humano que es, no es inmune a las consecuencias psicológicas que trae la guerra. En él se manifiestan en el temblor incontrolable de sus manos. A veces parece un niño desorientado, otras un ser que parece haber perdido toda sensibilidad ante el dolor humano.

Si el hecho de haber sido aclamado por sus notables actuaciones en Philadelphia, Forrest Gump y Apollo 13 le sirvió para ser respetado y apreciado internacionalmente, Rescatando al Soldado Ryan lo elevará a un nivel que las palabras no pueden describir*.

* Algunos datos se tomaron de la Revista People y de las notas de producción de Rescatando al Soldado Ryan

De nuevo en el Tope del Mundo
Luego de dos producciones poco apreciadas por el público y la crítica (El Mundo Perdido y Amistad), otra vez Steven Spielberg recuperó el terreno con su más reciente cinta, Rescatando al Soldado Ryan.

Y es que Spielberg es un brillante director; de eso no hay duda; su forma de conceptualizar y plasmar en la pantalla emociones y sentimientos, historias que penetren y dejen huella en la audiencia, es indiscutiblemente única y maravillosa. Su habilidad para hacernos partícipes activos del miedo, del valor y de lo que vivieron los soldados de la Segunda Guerra Mundial, no tiene comparación con nada de lo que se haya realizado anteriormente.

Sólo un gran cineasta como él podría revivir con tal intensidad la devastadora experiencia de la guerra. Sin ir muy lejos, la secuencia que abre el film es una de las más crudas y demoledoras que se hayan hecho jamás. Son casi 30 minutos que al final dejan al espectador con el deseo que acaben lo más pronto posible. Pero Spielberg no se conforma con dejarlo hasta ahí: lo que viene después es tan o más impactante, una montaña rusa de emociones que debaten temas tan controversiales como el deber versus la humanidad.

No toma partidos de uno u otro bando. No es glamoroso al presentarnos a un reparto de personajes amargados e imperfectos, tan comunes como comos seres humanos. Con su estilo único, encuentra una nueva forma de odiar la guerra y honrar a aquellos valientes que dieron sus vidas al pelear por su patria y por sus compañeros.

Dice Spielberg* "Omaha Beach fue una masacre. Una misión torpe y confusa: desde las fuerzas expedicionarias que se dirigían a la playa, hasta la saturación de las bombas que no atinaron a sus objetivos. No quise suavizar esta situación, así que traté de ser tan brutalmente honesto como pude". Y lo fue. Steven Spielberg, de nuevo en el tope del mundo, logró su misión.

*Cita tomada de la Revista American Cinematographer.
 
Cita Inolvidable:
Captain Miller: I just know that with every man I kill, the farther away from home I feel.

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