Anna y El Rey

Publicada en 1999.
 
Amoríos reales

Viuda reciente y con un niño, Anna Leonowens parte desde Inglaterra hacia Siam luego de aceptar la posición de institutriz de los hijos del Rey Mongkut. El contraste entre ambas culturas crea un conflicto mientras esta mujer fuerte e inteligente se rehusa a abandonar sus principios al tratar de aceptar la visión del Rey. 

La influencia de Anna en el Rey se hace sentir con el paso del tiempo, así como el impacto del Rey crece en ella, hasta que surge entre ellos un cierto tipo de amor. Las relaciones de Anna y la corte también toman vida propia, aún en contra de la creciente amenaza militar sobre Siam. Una vez traicionado, el Rey tratará de salvar a su familia mientras sus enemigos tratan de arrebatarle el trono: Anna será pieza crucial en el destino del Rey, alterando el curso de la historia.

Así como la vida es una mezcla de realidad y fantasía, Anna y el Rey es una combinación de ambas. "Los caminos son para viajes, no para destinos" reza una de sus líneas, y esta ambiciosa producción narrada en estilo épico porfundiza en sus temas más que la versión clásica de Yul Brynner y Deborah Kerr. La historia nos envuelve en la cultura, política, en la guerra y el amor.

Un deleite visual nos transporta a un mundo donde los hábitos son tan exóticos como sus tradiciones. La atmósfera está recreada perfectamente, desde los mercados ruidosos y congestionados, los elefantes en caravana levantando polvo, los monos jugando en los árboles del palacio.

La cinematografía refleja una riqueza que es -si es posible- mejorada por el espléndido vestuario y una composición musical que evoca grandiosidad.

Lo mejor es la selección de Chow Yun-Fat como el Rey, cuyo carisma hipnotiza a la audiencia. Su encanto es difícil de describir. Su química con Jodie Foster (cuya actuación resulta un tanto artificial) es innegable. Ya que ningún romance es posible, los protagonistas disfrutan a través de la inteligencia y fortaleza del otro.

Pero, siempre hay un pero. Un tanto larga, Anna y el Rey tiene algunos fallos en su guión, el cual carece de la estructura dinámica que propulsaría su historia y engancharía más al público. Pero no falla en los diálogos, ricos y llenos de citas inolvidables. "Si el amor fuera una opción, quién escogería tan exquisito dolor". Soberbio.

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