Publicada en el 2000
Cabalgata espacial
Cuatro jóvenes de la Fuerza Aérea norteamericana sueñan con ir a la Luna. Su nombre: Equipo Dédalo. Trabajan arduamente para alcanzar su sueño. Entrenan, practican. Vuelan aviones. Los estrellan. Y cuando por fin creen que ha llegado la hora de empacar sus maletas y dar el paseo de su vida, una compañía llamada NASA es creada y el honor del viaje lunar recae en un chimpancé. El año es 1958.
Cuarenta años pasan y un decrépito satélite ruso se ha salido de su órbita y amenaza con caer a la Tierra. Nadie en NASA conoce la tecnología para evitar la catástrofe. Sólo un hombre tiene en sus manos la solución: Frank Corvin (Eastwood), un ingeniero y ex coronel de la Fuerza Aérea, que una vez formó parte de un equipo llamado Dédalo.
Ahora, las altas esferas de la NASA le piden a Frank su ayuda, y éste no pierde la oportunidad para reunirse con su antiguo grupo y así, alcanzar el sueño que una vez les fue arrebatado.
Dédalo resucita y comienza un intenso entrenamiento físico, psicológico y tecnológico para llevar a cabo la misión más importante de su vida. Y fuera de nuestras fronteras, los héroes sexagenarios se encontrarán con un reto sorpresivo.
Un guión sin mayores pretensiones coloca a cuatro veteranos de la actuación (Clint Eastwood, James Garner, Donald Sutherland y Tommy Lee Jones) en un terreno donde se exhiben sus habilidades dramáticas y humorísticas, logrando una cinta con ingenio, risas, valientes hazañas y entretenimiento.
La película reconoce la edad avanzada de sus protagonistas, junto con las preocupaciones e inseguridades que existen normalmente en la vida.
Clint Eastwood demuestra su maestría como director y actor, usando su ojo acertado para bosquejar las relaciones entre los personajes y grandes tomas del Centro Espacial Johnson sin hacerlas aburridas.
El reparto es de primera línea: Eastwood y Jones brillan como los amigos competitivos, Sutherland es ocurrente e hilarante como el Don Juan con pésima visión y Garner derrocha simpatía como el cadete espacial convertido en cura.
Quizás no sean atléticos galanes, quizás no sean rápidos, quizás no vean bien o sus dientes estén incompletos, pero este cuarteto de profesionales derrochan una energía y espíritu inagotable. Un viaje con esos jinetes espaciales definitivamente vale la pena.
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