Día de Independencia
Han pasado 12 años desde que Bruce Willis gritara su célebre yippeee-ki-yay antes de despachar al villano de turno en Duro de Matar 3. Pero luego de resucitar a su personaje más famoso, digo que tomó una buena decision y sus fanáticos más aguerridos no se decepcionarán con la nueva cinta "Live Free or Die Hard".
La película es un triunfo en su género: la ausencia de CGI y por ende, el "uso de dobles" le da un feeling anticuado pero satisfactorio. Además, hay bastante diversión en Duro de Matar 4.0 y la diversión comienza con el mismísimo Willis. Su John McClane todavía deambula por las calles pero su cabello ha desaparecido. El guion se burla bastante del paso de los años del detective newyorkino.
La trama por supuesto, es exagerada y predecible y ni siquiera intentaré dar una explicación que seguramente nos dejará con más preguntas que respuestas. En corto: un nuevo villano amenaza con controlar el suministro de energía eléctrica de Estados Unidos. Sólo un hombre puede detenerlo, y McClane, ayudado por un hacker (Justin Long) trata de detener un nuevo apocalipsis.
Lo que sigue es una ininterrumpida secuencia de persecusión tras otra, o ambas simultáneamente, mientras McClane fastidia a los malucos y se deteriora progresivamente. Pero este es John McClane, asi que no esperen que muera así de fácil.
Cada escena de acción supera a la anterior y los realizadores no pierden tiempo en pequeños detalles como diálogo. Cualquier parlamento es corto y endulzado con sarcasmo e ironía. El director mantiene el humor y la acción en paso acelerado, pero sin olvidar que este es el show de Bruce y él, afortunadamente, no decepciona.
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