Wall-E

I wanna hold your hand

En el año 2700 no queda nadie ni nada en la Tierra, solo escombros, basura, una cucharacha....y WaLL-E, un robot diseñado para compactar y recoger desechos. Pero Wall-E no es cualquier robot, es el protagonista de la más reciente producción animada de PIXAR, y por lo tanto, Wall-E es...genial!!!


El, mugrosito y viejo como está, anda de un lado al otro, cumpliendo con su misión en la vida, hasta que un cohete deja en la Tierra a una hermosa y moderna robot llamada EVE, que está buscando muestras de vida orgánica. Y entonces a Wall-E se le cruzan los cables y es víctima de lo que los humanos conocemos como amor a primera vista.

¿Pero qué pasa cuando EVE consigue la prueba para que los humanos regresen a la Tierra y retomen su vida? La pequeña robot se va de regreso al Axioma, una especie de crucero intergaláctico donde los hombres han vivido por 700 años en un estado robotizado -e idiotizado además-. Wall-E, por supuesto, no quiere separarse de su musa y se va tras ella, causando un gran revuelo a lo largo de su aventura.

Esta es la nueva propuesta del director Andrew Stanton (Finding Nemo), quien nos presenta una historia maravillosa e inimaginable entre dos personajes que en casi una hora y media, no dicen ni 50 palabras. Es absolutamente un testamento a la inteligencia de Pixar crear personajes que nos hechizan y nos derriten a pesar de no ser particularmente atractivos (véase Remy en Ratatouille). La cinta también entrega un mensaje pro-ecológico que bien vale la pena difundir.

La película es hermosa, visualmente hablando, llena de referencias a clásicos como Star Wars y 2001, pero como en muchas de las obras de este visionario estudio, lo más importante está en la historia y en el corazón de sus personajes. Wall-E es una historia de amor, aderezada con comedia, emoción y suspenso. Pero es la calidez y dulzura del estropeadito Wall-E las cualidades que nos envuelven en este romance espacial.

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