La buena noticia es que no tienes que ser un “trekkie” para disfrutar de Star Trek. Luego de 40 años, incontables series, películas y convenciones, la franquicia de Gene Roddenberry se refresca de la mano del director J.J. Abrams.
El resultado es más que satisfactorio, un "reboot" vibrante y entretenido de la saga intergaláctica que seguramente creará una nueva fanaticada. Abrams supo respetar los puntos clave de la serie dándoles un toque moderno y dinámico.
Un agujero negro y el respectivo viaje en el tiempo son los elementos empleados para reiniciar la historia del Enterprise y su tripulación.
En esta oportunidad conoceremos a un joven James T. Kirk más rebelde, narcisista y problemático, interpretado con un guiño pícaro por Chris Pine. Metido hasta el cuello en más problemas de los que puede resolver, Kirk es reclutado por el capitán Pike para unirse a la Academia Starfleet.
Pero Kirk no es el único rebelde de esta historia. El increiblemente cerebral Spock (Zachary Quinto) también da la pelea al sentir en carne propia el conflicto que implica ser mitad vulcano y mitad humano, desde golpizas con sus compañeros de escuela hasta retar al Consejo Vulcano de Ciencia y dejarles el pelero para irse a estudiar a Starfleet.
De más está decir que cuando estos dos se conocen, las cosas no van nada bien. A punto de ser expulsado de la Academia por hacer trampa en un test diseñado por Spock, Kirk se colea en la primera misión del Enterprise cortesía de su gruñón amigo, el Dr. Bones (Karl Urban).
La misión tratará de detener al Romulano Nero (Eric Bana tatuado hasta más no poder), el villano cuya vendetta es personal contra Spock.
Desde que inicia, Strar Trek no baja el ritmo. Escenarios fantásticos, batallas grandes y pequeñas, efectos especiales de primera línea y una mezcla perfecta de humor, acción y romance mantienen el interés durante sus 126 minutos. Los nuevos actores hacen suyos unos roles sin hacer una réplica del estilo de sus predecesores, dando su matiz personal y diferente a cada personaje.
Mención especial debemos hacer a la aparición acertadísima de Leonard Nimoy, el Spock original, quien da el toque perfecto y nostálgico esta entrega. Spock dice: deja la lógica a un lado, y haz lo que se siente correcto en tu corazón. Espero con ansias el próximo vuelo.
El resultado es más que satisfactorio, un "reboot" vibrante y entretenido de la saga intergaláctica que seguramente creará una nueva fanaticada. Abrams supo respetar los puntos clave de la serie dándoles un toque moderno y dinámico.
Un agujero negro y el respectivo viaje en el tiempo son los elementos empleados para reiniciar la historia del Enterprise y su tripulación.
En esta oportunidad conoceremos a un joven James T. Kirk más rebelde, narcisista y problemático, interpretado con un guiño pícaro por Chris Pine. Metido hasta el cuello en más problemas de los que puede resolver, Kirk es reclutado por el capitán Pike para unirse a la Academia Starfleet.
Pero Kirk no es el único rebelde de esta historia. El increiblemente cerebral Spock (Zachary Quinto) también da la pelea al sentir en carne propia el conflicto que implica ser mitad vulcano y mitad humano, desde golpizas con sus compañeros de escuela hasta retar al Consejo Vulcano de Ciencia y dejarles el pelero para irse a estudiar a Starfleet.
De más está decir que cuando estos dos se conocen, las cosas no van nada bien. A punto de ser expulsado de la Academia por hacer trampa en un test diseñado por Spock, Kirk se colea en la primera misión del Enterprise cortesía de su gruñón amigo, el Dr. Bones (Karl Urban).
La misión tratará de detener al Romulano Nero (Eric Bana tatuado hasta más no poder), el villano cuya vendetta es personal contra Spock.
Desde que inicia, Strar Trek no baja el ritmo. Escenarios fantásticos, batallas grandes y pequeñas, efectos especiales de primera línea y una mezcla perfecta de humor, acción y romance mantienen el interés durante sus 126 minutos. Los nuevos actores hacen suyos unos roles sin hacer una réplica del estilo de sus predecesores, dando su matiz personal y diferente a cada personaje.
Mención especial debemos hacer a la aparición acertadísima de Leonard Nimoy, el Spock original, quien da el toque perfecto y nostálgico esta entrega. Spock dice: deja la lógica a un lado, y haz lo que se siente correcto en tu corazón. Espero con ansias el próximo vuelo.
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