Robin Hood

Aventuras. Picardía. Coqueteo. Esas son las palabras que vienen a mi mente cuando pienso en Robin Hood. Espadachines luchando por los más débiles, cantando en las tabernas, enamorando con palabras, con gestos y con grandes hazañas.

Nada más lejos de tal descripción se encuentra esta nueva versión de la historia dirigida por Ridley Scott y protagonizada por Russell Crowe. En ella, vamos al origen del mito.

Robing Longstride es uno de los mejores arqueros del ejército del Rey Ricardo Corazón de León. También es un don nadie. Terminadas las Cruzadas y de regreso a Inglaterra, el Rey es emboscado y asesinado junto con su guardia real. Robin promete a uno de los caballeros, Robert Loxly entregar su espada a su padre Walter. En Inglaterra el nefasto Príncipe John es coronado Rey y con él se inicia una terrible represión al pueblo, acompañada de mayores impuestos y miseria. Así llega Robin a Nottingham, donde se encuentra con la viuda de Loxly, Lady Marion (Cate Blanchett) y su yerno Sir Walter (soberbio Max Von Sydow). La nación se precipita hacia una guerra civil, con la amenaza latente de una invasión francesa, mientras Robin lideriza una rebelión contra el Rey John y los franceses.

Y eso, en un párrafo, es la historia. El guión, por su parte, esta minado de cientos más de detalles y elementos que hacen de esta película una maraña  épica con sabor a Corazón Valiente, Gladiador, Cruzada, Rey Arturo y hasta rescatando al Soldado Ryan. Las escenas de acción son dirigidas con toda la pericia y habilidad que caracteriza a Scott. La cinta es violenta, cruenta, llena de comentarios políticos y crítica social. Todo eso está muy bien, pero el tema, personalmente, lo encuentro agotado y mejor expuesto en otras historias.

Lo mejor de la película es su elaborado diseño de producción y su fotografía sobresaliente. En el tema de actuación, cada quien cumple con su rol, pero salvo el de Max Von Sydow, no hay ningún personaje con un verdadero impacto emocional.

Se acabó el Robin rebelde que correteaba al Sheriff de Nottingham por los bosques de Sherwood; el que roba a los ricos para dar a los pobres. El que trata de robarle un beso a Lady Marion. Ese hombre no existe. Esa historia no se cuenta aquí. Y por eso, yo me quedo con mi DVD de Disney.

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