Eva (Prakriti Maduro) trabaja como costurera en La Habana mientras sueña con producir sus diseños, mientras espera pacientemente a que su novio Ángel (Carlos Enrique Almirante) termine de hacer un cuarto propio para casarse con él. Pero su vida cambiará cuando conozca a Jorge (Juan Carlos García), un adinerado exiliado que visita Cuba con un objetivo secreto que va más allá de tomar fotos para un libro. Mientras su sueño cobra vida con la ayuda de su amiga Teresa (Yuliet Cruz), la confusión y las dudas minan el corazón de Eva, atrapada entre dos amores…
Esta es la historia de una joven que busca, como buena protagonista de una comedia romántica, realizar sus sueños y ser feliz al lado del hombre que ama. Eva parece resignada a su rutina, su trabajo tedioso en la fábrica de vestidos donde todos son iguales, a su novio que no termina de construir la habitación para poder casarse e independizarse. Hasta que un encuentro con otro hombre la hace liberar todas esas fantasías y deseos ahogados.
Los hermosos escenarios de La Habana son fotografiados mostrándonos su gente, sus calles, su arquitectura y su decadencia; mientras la historia fluye con un repertorio de música caribeña ligera y comercial.
En las actuaciones, Prakriti Maduro se luce como Eva, dominando el acento cubano y llevando el peso de la cinta. De sus contrapartes, destacan Carlos Enrique Almirante y Yuliet Cruz, quien se roba las escenas y las risas con su personaje, Teresa, una mezcla franca entre conciencia y diablilla.
Si revisamos su filmografía, Fina Torres se ha caracterizado por presentarnos roles femeninos de con fuerza y personalidad, mujeres que no se conforman, liberales y ambiciosas. Eva no es la excepción.
Sin embargo, creo que Habana Eva es el trabajo más convencional de Torres, pues aunque se adhiere a la fórmula de comedia romántica que ya hemos visto anteriormente, pareciera además robarse un poco del melodrama típico del latino, incorporando una subtrama fantasmal que es simpática pero convierte a la cinta en una fantasía, cuando bien pudo ser una historia contemporánea de superación y realización personal con un toque rosa.
Esta es la historia de una joven que busca, como buena protagonista de una comedia romántica, realizar sus sueños y ser feliz al lado del hombre que ama. Eva parece resignada a su rutina, su trabajo tedioso en la fábrica de vestidos donde todos son iguales, a su novio que no termina de construir la habitación para poder casarse e independizarse. Hasta que un encuentro con otro hombre la hace liberar todas esas fantasías y deseos ahogados.
Los hermosos escenarios de La Habana son fotografiados mostrándonos su gente, sus calles, su arquitectura y su decadencia; mientras la historia fluye con un repertorio de música caribeña ligera y comercial.
En las actuaciones, Prakriti Maduro se luce como Eva, dominando el acento cubano y llevando el peso de la cinta. De sus contrapartes, destacan Carlos Enrique Almirante y Yuliet Cruz, quien se roba las escenas y las risas con su personaje, Teresa, una mezcla franca entre conciencia y diablilla.
Si revisamos su filmografía, Fina Torres se ha caracterizado por presentarnos roles femeninos de con fuerza y personalidad, mujeres que no se conforman, liberales y ambiciosas. Eva no es la excepción.
Sin embargo, creo que Habana Eva es el trabajo más convencional de Torres, pues aunque se adhiere a la fórmula de comedia romántica que ya hemos visto anteriormente, pareciera además robarse un poco del melodrama típico del latino, incorporando una subtrama fantasmal que es simpática pero convierte a la cinta en una fantasía, cuando bien pudo ser una historia contemporánea de superación y realización personal con un toque rosa.
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